Omar Cid Maureira: Exocerebro

20101114

Exocerebro

¿Donde nace nuestra inteligencia?, ¿donde habita nuestro lenguaje?, ¿de que se alimenta nuestra conciencia?, ¿cómo aprendemos?. LLevamos un tiempo buscando la raíz, y por un lado hemos ido enfocando la mirada, precisando, abriendo el misterio.

En el 2008 llegó a mis manos un libro de regalo, estoy seguro que fue con cariño; se llama "antropología del cerebro", de Roger Bartra; (EFE, México, 2006)

Un ensayo, filosófico, de corrido, breve, denso, con notas y bibliografía, para mí, brillante. En su lectura me encontré armando un juego de abalorios, una joya compleja y abismante del misterio de lo que somos.



Una imagen televisiva que aparece, que puede resumir, es de los 'niñoslobos', abandonados a corta edad, criados a la altura de sus cuidadores, los animales, mostrando capacidades cognitivas limitadas, en el lenguaje y mas aún, mas bien extrañamente, sin conexión emocional con sus pares humanos. De cierta forma, podíamos decir que sin los otros, el desarrollo 'natural' del hombre 'racional' no ocurría, aún peor si no sucedía a cierta edad el subdesarrollo era irreversible, en grandes áreas y no en todas.

Sus cerebros se atrofiaban, no alcanzaban el desarrollo 'normal' debido a la falta de estimulación reflexiva, simbólica y en especial de amor. (Ejemplos como estos entregados por Bartra, iluminan y me emocionaron, como los niños 'índigo', o como una tutora saca de su abismo a una niña sin conexión sensorial con el exterior).


Lo primero que se me desarmaba definitivamente, era esta ilusión de que poseíamos una construcción, que explicaba nuestra inteligencia como una especie de devenir natural, asociada solo al desarrollo de los genes; predecible, y que habitada solo en nuestro cráneo; y esto principalmente era un fenómeno individual. Pero, como en la astronomía, en la oscuridad, en la inmensidad, rondaba un poder que le daba forma a esto que los humanos habíamos descubierto, pero parcialmente.

Estábamos accediendo a una explicación de fondo, en que parte de nuestro cerebro, su desarrollo y su estado, estaba sostenido en una red externa, en una prótesis, y esta es la cultura; el cerebro poseía una estructura exógena, una red memes, habitada en el lenguaje, en los símbolos, en los mitos, en los saberes de transmisión cultural; que permiten, desarrollan y sostienen nuestro órgano cerebral. Incluso más, sin esta red cultural de significados, este órgano no tendría la densidad, composición y forma que tiene al estar en red con otros.

En las últimas décadas, con el desarrollo tecnológico de la medicina, asociada a la neurobiología, hemos podido entrar al cerebro, sin cirugía, y hemos podido indagarlo, abrir un universo nuevo, maravilloso, visible y al mismo tiempo misterioso. Explicar el 'funcionamiento' de nuestro ' motor guía'; y no lo alcanzamos a explicar del todo, al mirarlo, paradójicamente comenzamos a miramos a nosotros mismos.

¿Hasta donde llega el cerebro?, ¿es nuestro cuerpo parte de nuestro cerebro?, ¿son los sistemas simbólicos parte de nuestro lenguaje?, ¿y este lenguaje donde reside?; todo indicaría que tenemos una capacidad cerebral biológica para hablar, por ejemplo, que ocupa una dispersa zona de nuestro cerebro, pero solo es activada en sociedad.
Tenemos un devenir histórico, si aceptamos esta mirada antropológica, que hace mucho tiempo hemos creado un mundo en lo colectivo, y nuestras interpretaciones, como nuestros estados de conciencia, son accesibles dadas nuestras distinciones 'aprendidas', voluntaria o involuntariamente desde los otros. Es decir en nosotros, en cada uno, residen los demás.

Viejas secuencias, que nos permiten actuar como un cuerpo en formación, inteligencias de conversación y de transmisión que nos ha 'adaptado', nos han evolucionado. Quizá somos más consecuencias de nuestras interacciones, que de nuestras reacciones al entorno.

Y esto de mirar las neuronas, la metáfora que me invento de ellas, y su constante en lo social, me hacen proyectar esta red celular, a nuestras redes sociales en internet; un espacio en que cada uno reacciona en forma 'individual' en un espacio mayor que se explica por la reacción de la red.

Y así, este libro, me muestra un campo, de 'nuestra inteligencia' que modifica nuestro cerebro individual, donde recibimos, interpretamos, juzgamos y reenviamos; no todo, por supuesto; seleccionamos. Y no escuchamos todo, y reenviamos, hacemos sinapsis, bloqueamos, y nos reconectamos.

Pareciera que hace milenios tenemos la sospecha, que como nuestras neuronas, el colectivo pareciera ser mas inteligente que la suma de cada uno de nosotros.

http://www.scribd.com/doc/16536216/EL-EXOCEREBRO-UNA-HIPOTESIS-SOBRE-LA-CONCIENCIA-Bartra-2006

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