
Miro los edificios, las construcciones, y en el tiempo toman tonos, formas y gestos, que no vislumbro comprender, bellezas y espacios inalcanzables, vacias de sus intenciones y pretenciones contemporaneas, se escapan sin moverse.
Las construciones como capsulas vacias, abandonadas en el tiempo, me hablan de comunidades de espiritus que dejaron en el tiempo sus ropas y cuerpos. Desarrollaron espacios que ya no habitan, y los diseñaron pensando en lo bello, en una intención en el mundo.
Ya no están pero quedaron sus cascaras, sus esqueletos, sus formas en el tiempo. A cada construcción su tiempo, sus fantasmas, en el largo y breve plazo de nuestra historia, pero en nuestra historia personal, andamos en nuestro cuerpo, expresión de nuestra alma, de nuestro espiritu, vestido y peinado, habitando el presente, y dejando una huella de pasado.
El mundo de la trsnformación que deja al desnudo, en lo que era su protección, el poder de los fantasmas, de las almas, por sobre las cosas, y el mundo material, ahi están, como estelas del camino que hemos tomado.
Gracias Valparaiso por recibirme otra vez en tus faldas, ciudad de fantasmas.