Omar Cid Maureira: mirando el 2009

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mirando el 2009


Comienzo el 2010, cambio de folio, cambio de década, podría escribir del año, de la década que termina, podría decir cuanto he aprendido en estos 10 primeros años de este siglo, cuanto he errado. Será un trabajo que dejaré para otro post.

El 2009 lo comencé angustiado, como un disparo que se adentró en el 2009, y llego la abundancia, igual. Llegó, me busco, me lleno, me hizo trabajar, disfrutar, esperar. Comencé a integrar conceptos, ideas, emociones, a dibujar mientras viajaba; 8 meses de un año joven y bueno. Las cartas de navegación estaban en el tablero y yo con la mente en el mar.

Al final de tanto pedir, este año es de Valparaíso, dedique mis viajes, mis noches, mis artes a los que llegaron a la Plataforma, con algunos guiños de lo que tenía de inventario en Temuco y Concepción, en especial en TPH.

Leyendo, conversando conmigo mismo, si, ahora miro y creo que no era en paz. Tratándome mal, pero no sabía, no sabía que lo hacía desde hace mucho tiempo.

Llegue a Septiembre, un mes especial para mi, llego a él agotado, en el desierto, aluciné con una visita al garage, al taller de mantención y reparaciones. Y aún no puedo conversar con nadie, que no haga más que mal entender, no me escuche o me diga que me haga sentir que lo que vivo es insinificante, yo tampoco lo he pedido. Pero creo que fue una señal, un relámpago en mi espalda, que la enfrío. Una señal, de un límite, de un borde, que se sumo al ruido de estar en 'crisis', en noviembre, recién comienzo a enfilar hacia una ´salida'. Una salida de no saber muy bien si sale en un mes, en un año, o me tomará toda la vida.

La salida es seguir buscando, buscando en mi, sin hallarme. Y siguen los relámpagos, uno tras otro, en una tormenta, pesada, que más que anunciar la lluvia, anuncian un amanecer sin sol. Me tomará tiempo aprender.

Un año con un regreso a Ancud, y conozco Aysen, disfruto un viaje que no tenía hace tiempo, me agradecen, agradezco el agradecimiento. Trabajo con Tita Garcia, como un fulgor como un relámpago tibio, pero lejano. Nadie más sabe que yo como me gustaría estar bajo su lluvia.

Terminó el 2009, el Plataforma Áurea, bailando, aprendiendo, apretujado entre mujeres, fechas y familias, y otro relámpago. Caigo de bruces en el año nuevo, no me recuperé, he perdido el equilibrio por querer hacer malabares, y hacerme el gracioso, y aunque entero, y contento por lo cosechado, las caídas aún me duelen.

Si fuera mi propio general, podría decir que he ganado grandes batallas, y he tenido algunas bajas; y debiera estar contento por ello, debiera, pero no sonrío.

El 2010, se lo dejaré al universo, eso espero,y en ves de saltar, buscaré la forma de no tener tanto miedo a solo, soltarme.

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