Omar Cid Maureira: En la Patagonia quien se apura pierde su tiempo,

20091127

En la Patagonia quien se apura pierde su tiempo,


Era una primera señal, a lo lejos, mientras caminaba de regreso al hotel, en la misma dirección de mi camino, sobre los cerros montañosos, una línea blanca en vertical, que como cicatriz delgada marcaba la falda del cerro a lo lejos.

No sabia lo que era, quería acercarme cada vez más para dilucidar de que se trataba, creía que al acercarme podría estar más seguro. Y me preguntaba: ¿y si era una cascada?, pero era solo una línea blanca, en lo alto del cerro, quizá era un filón de la roca, una ilusión óptica; no, no sabia, quería acercarme más.

Pero ya estaba lo más cerca posible que podía, había avanzado casi 1000 metros y no podía identificar si era o no una cascada o era otra cosa, aún se me escondía en el misterio. Hasta que me detuve, hasta que pare y mire, a los pocos segundos la cascada se comenzó a mover, a mostrar sus arrebatos, su caída estrepitosa en el silencio, entre los árboles, a lo lejos en la altura, en caída libre, incluso se levantaba como niebla algunas velos de agua, estaba y había estado todo el tiempo en movimiento, cuando yo me detuve, la pude ver.

1 comentario:

Pablo Reyes dijo...

El apuro surge del juicio que en el futuro hay algo que debo alcanzar.
Es la base de una estructura de valores... "hago ahora para que la recompensa venga en un futuro"... por lo tanto si me apuro llego antes.
Ese apuro nos desplaza del Ser. No se trata de andar más lento (que es lo mismo para otro lado), se trata de reconocer el pulso natural de las cosas, el ritmo propio de la naturaleza, de los otros... y respirar. Simplemente de respirar.

Estoy viviendo ahora mis sueños de ayer.
Abrazos