He prestado lánguida atención a las próximas elecciones política, más bien un poco aburrido y decepcionado de la escasez de propuestas, discusiones, y modalidades de acceder del poder, en un estado cada vez más estrecho en la evolución de su democracia. Me siento invitado a una fiesta repetida con los mismos invitados y poco cambios en el menú musical.
En mi ambivalente postura política personal, para algunos soy comunista radical y para otros un ‘facho’, he zigzagueado desde el conservar, lo que permita a la sabia nueva construir sobre lo que hay, y que esto sostenga el devenir de todo el sistema. Y por otro hacia la sabia ropturista, que no puede ser absolutamente servil a la corteza, dado que no crecería nada, se enquistaría y reproduciría lo que mantiene solo la rigidez, sosteniendo socialmente actos nefastos, como la corrupción, el juego de la suma cero, las verdades absolutas, los miedos y la campaña del caos, casi como una estructura mafiosa que se defiende como dictadura, casi, porque no es así.
He mantenido mi postura a lo largo de ya 21 años de ser ciudadano ‘estrecho’, a buscar la forma se sistemas que integren, que logren objetivos superiores, mejores para todos/as, y que se sostengan en lo que funciona, el facticidad, en aceptar el pasado, en verlo.
La presidenta Bachelet, que le quedan pocos meses de su mandato, solo vote por ella en segunda vuelta, dado que creía que respondía a una vieja estructura con un discurso nuevo. El discurso adelantado, retrocedió y se afanó en generar, con el apoyo de viejos cuadros de administración del estado, dentro de una bienvenida crisis económica, para su formato, un sistema de protección social inclusivo, que rompió el molde antiguo, esto de que recibes lo mismo que das a las instituciones ‘sociales’ (Previsión, salud, educación), y que ahora, recibes solo por pertenecer a una comunidad, mayor. Una política de estado con formulas socialdemocratas de más de 20 años, un poco añejas y obvias en otros lados, pero que en Chile no habían sido aplicadas.
Un estado de que regula ciertas conversaciones que los privados aún ni pueden sostener, un estado que rompe estructura para ciertas conversaciones, por ejemplo se ha dado un golpe aún no percibido, en la estructura de la administración de educación, que reenfoca la administración particular de colegios subvencionados (subvencionado por impuestos de todos) a resultados. Haciéndole el quite a gremios conservadores y ombligistas como el de los profesores, y los defensores de la 'libre competencia'. Una administración que veló por ratos por objetivos superiores al electoral, facilitando el desarrollo de una plataforma que generé condiciones de inclusión social.
Todo esto en un contexto de ciudadanos perdidos en los malls, jóvenes en su modorra inconsciente, viejos guardando silencio arrogante, los políticos aprendiendo prácticas aprendidas en países más vulnerables que el nuestro o profesionales actuando coordinadamente fuera de la ética. Aún así el estado del estado ha quedado en mejor pie, se ha ordenado un poco más la casa, se ha atendido a los más débiles, se desarrollado reglas de convivencia, y se ha cuidado valores republicanos. } Lo escucho en las encuestas, pero más aún en mi entorno de barrio, de población de clase media baja, en familiares y personas comunes y corrientes, en los supermecados, en las conversaciones entre los realityes y la farándula.
Es probable que la coalición que la apoya no salga reelegida, perdida en la corteza, es probable que sus adversarios tomen su discurso. Pero estoy agradecido de la sorpresa, aún por sobre todo creo en la sabia nueva, en estos pocos radicales que gobiernan desde la estructura, pero para todos. Radicales libres que con una sabia aprendida en valores democrático crean estructuras para un país más desarrollado e integrado.
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